Desde hace aproximadamente 100 años en todo el mundo se inició, en diferentes tipos de especialidades quirúrgicas, el uso de un dispositivo que proporcionaba magnificación e iluminación a las cavidades y órganos sujetos a procedimientos quirúrgicos. Esto conllevó a un mejor entendimiento de las enfermedades, una mejor precisión quirúrgica y mejor maniobrabilidad por parte del cirujano a la hora de tratar tumores, malformaciones vasculares, hernias discales y lesiones nerviosas localizadas en áreas muy delicadas del cuerpo. Las patologías complejas ya podían ser tratadas, se disminuyeron los riesgos intraoperatorios y los daños a las áreas sanas alrededor de la patología en cuestión. Se inició la era del microscopio quirúrgico.
50 años después del advenimiento del microscopio, se desarrolló otra tecnología que complementaba a este importante aparato, surgió la endoscopía, un concepto que utilizaba un pequeño tubo óptico que permitía su introducción en pequeñas cavidades del cuerpo donde un microscopio no podía llegar. Gracias a esta, se perfeccionaron los abordajes a las fosas nasales, a la glándula hipófisis, al sistema ventricular del encéfalo y al tubo digestivo completo.
A todo esto la comodidad del equipo médico (cirujanos, ayudantes, técnicos y enfermeras) paso a tener un papel crucial luego de perfeccionar la magnificación e iluminación; la ergonomía durante las largas horas de cirugía y el flujo de trabajo alrededor del campo quirúrgico se empezaron a tomar en cuenta, y es cuando surge la exoscopía, a partir de la experiencia de la colposcopía digital (la visualización del cuello uterino por parte de los ginecólogos, mediante una cámara localizada a una corta distancia fuera del cuerpo de la paciente y su transmisión a una pantalla de alta definición). En el 2007 se empieza a utilizar en cirugía plástica, otorrinolaringología y neurocirugía la exoscopía mediante el uso de un telescopio de campo corto que se sitúa fuera del campo quirúrgico y que permite una gran magnificación e iluminación sin sacrificar la ergonomía, manteniendo un mejor flujo de trabajo entre los cirujanos, técnicos y enfermeras y al mismo tiempo disminuyendo los costos operativos que tiene un microscopio.
En nuestro país, hemos iniciado el uso de la exoscopía desde el año 2019, adaptando distintas piezas de microscopios industriales, creando el primer prototipo de telescopio quirúrgico en la región, permitiendo operar de manera eficiente innumerables enfermedades cerebrales y espinales.
En definitiva, el exoscopio no es una competencia de los demás métodos de magnificación, es un aliado, un complemento y una opción para el cirujano. Su desarrollo está en pañales actualmente y falta mucho tiempo para poder hablar propiamente de sus bondades y desventajas pragmáticas. Al final, la ciencia se trata de empujar los límites de la imaginación humana en beneficio colectivo y de demostrar, mediante el método científico, la eficiencia y eficacia del desarrollo tecnológico en sus distintas vertientes.
Dr. Ismael Peralta, Neurocirujano