Por Dra. Sandra Morales
Teníamos una vida de multitareas y prisa adulta. En verdad, muy a prisa… Ya las frutas habían sido sustituidas por un envase, las grasas y proteínas por preempacados expresos. Hasta países en vía de desarrollo estaban experimentando el mega fenómeno de LA OBESIDAD, y la población pediátrica no fue la excepción.
Se agregó a lo anterior el hábitat familiar vertical (apartamentos… Cada día más citadinos), menos área para esparcimiento y más entretenimiento estático; abuelos en modo crianza, con permisividad continua, en vez de circunstancial; adultos agotados y menos dispuestos a ordenar la agenda del día a día de los chicos.
¡Ya el fenómeno estaba!. Para 2019, el sobrepeso y la obesidad infantil en República Dominicana aumentó un 33% de acuerdo a la OMS.
2020: Un terror colectivo invade las familias con la llegada a nuestro país del SARS-CoV-2. El encierro obligatorio trajo consigo inseguridad y ansiedad, tanto emocional como conductual; buscando el cuerpo contrarrestar tal caos apela al placer de comer. Ante la virtualidad de clases, se abre la disponibilidad de refrigeradores 24/7 y obvio el aumento del número de meriendas/día. Un sistema de vacaciones sostenidas por tiempo prolongado (desayunos tardíos, dormidas a altas horas, dispositivos para entretener mayor de lo establecido). Aumento en las presentaciones fritas y en los azúcares simples de la alimentación diaria. Limitación extrema en el esparcimiento al aire libre que fomenta el sedentarismo.
¿Resultado?:
En el actual 2022 ya gestamos una generación con el MONSTRUO DE LA OBESIDAD RECARGADO, llamando los riesgos cardiovasculares a edades más tempranas. Dislipidemias (trastornos de colesteroles y triglicéridos), debut de diabéticos (y otros trastornos del azúcar) trastornos tiroideos, círculos viciosos emocionales-conductuales, precocidad en la sexualidad, hígado graso, hipertensión arterial…y muchas más han venido a tomar escenario, disminuyendo la calidad de vida actual y la sobrevida de nuestros niños y adolescentes.
¿ESTAMOS A TIEMPO?. ¡AÚN ESTAMOS A TIEMPO!. Podemos hacernos conscientes de nuestro estatus, y cual diagnóstico ya sabido, aplicar el tratamiento: Sé intencional en ordenar el día de tus hijos, en procurar mejor estilo de comidas en casa, en buscar disciplinas deportivas y/o recreación al aire libre, en verificar su condición metabólica y abordar como corresponde.
“ESTE ES EL TIEMPO PARA DERROCAR AL MONSTRUO Y GANAR LA BATALLA POR LA SALUD Y BIENESTAR DE NUESTROS HIJOS”.